Un recorrido por el Archivo Eclesiástico de la Arquidiócesis de Montevideo
En el mismo edificio que funciona la sede de la Arquidiócesis de Montevideo, ubicado en la calle Treinta y Tres, en plena Ciudad Vieja, se encuentra el Archivo Eclesiástico. Guarda documentos oficiales, correspondencia, libros, diarios, fotos y un sin números de materiales que hacen a la historia y al presente de nuestra Iglesia y del país. A continuación una entrevista a Andrea Fraga, estudiante avanzada de la Licenciatura en Archivología, actual responsable del Archivo Eclesiástico de la Arquidiócesis de Montevideo.
¿Cuándo se empieza a organizar el archivo?
Una religiosa, la Hna. Alicia, comenzó a organizarlo en la década del 70. Después estuvo como encargado el historiador Dante Turcatti, durante más de 25 años, y más adelante la archivóloga Mónica Sarachu, quien le terminó de dar un giro profesional.
¿Qué tipo de documentos se manejan y de qué época?
Tenemos documentación desde la fundación de Montevideo, en 1726, hasta la que se gestiona actualmente. De 1726 hay registros de bautismos, registros parroquiales, también están los de la Iglesia de San Francisco de la calle Cerrito y la primera Iglesia de Montevideo. Un poco más adelante hay actas de matrimonios, luego de defunciones, en definitiva los registros de los sacramentos, que era lo que se registraba.
De 1805 son la formaciones de los primeros curatos, eran agrupaciones de vecinos a las que se les enviaba un sacerdote “para atender las almas”, que más tarde derivarían en lo que hoy conocemos como parroquias.
Como ejemplo de curatos de esa época está las parroquia San Juan Bautista en Canelones y alguna de Paysandú en ese mismo año. O sea, no eran sólo de Montevideo. Al lado de otros archivos es muy joven, pero tenemos documentación desde la fundación de la ciudad.
¿Cómo ha evolucionado la documentación del archivo?
Se fueron acumulando los libros de registro, libros enormes, libros copiadores. Hoy tenemos en la computadora el registro de las cartas que se mandan, pero en aquella época cualquier carta que salía enviada por el obispo, o que recibía, tenía una copia manuscrita; eso son los libros copiadores. También están los libros donde se anotan las licencias que los obispos le dan a los curas para ejercer el sacerdocio en Montevideo, si está en Montevideo, o si era de Montevideo y se va a otra diócesis. Esto se extiende hasta la actualidad.
Hasta 1878 dependíamos de Buenos Aires, entonces había mucha documentación que no estaba acá. Y si se generaba acá seguramente iba para allá. A medida que empiezan a crearse capillas, parroquias y comienza a desarrollarse un funcionamiento administrativo mayor, se incrementa la cantidad documentos. El vicariato apostólico es de 1832, y el arzobispado comenzó en 1897.
En cuanto a las parroquias, hay documentación propia que no sale de allí. Los libros de registros de los sacramentos son propiedad de las parroquias y son responsabilidad del párroco. Nosotros tenemos los documentos que hacen a la relación de la parroquia con la Curia: la profesión de fe y el nombramiento del párroco, folletería, boletines u hojas parroquiales, los planos de algunos templos.
También están las partidas, que corren en forma paralela, porque en los años 80 el Arzobispado hizo microfilmar todo los libros de registros (bautismo, matrimonios y defunciones) de todas las parroquias de Montevideo, de 1726 a 1930.
¿Quién puede acceder al material?
Todo aquél que quiera un certificado, hace una solicitud y el archivo ofrece la búsqueda y la transcripción. Después eso se entrega como documento firmado. El Archivo ofrece el servicio para la Catedral, pago de arancel de por medio. Pero un investigador, por ejemplo, paga otro arancel y tiene la posibilidad de venir cuatro veces y buscar personalmente. De hecho, es muy común la consulta de estudiantes o investigadores para sus trabajos académicos. Es trabajoso por la caligrafía, las abreviaturas, etcétera. Pero entre el 65% y el 70% del material está catalogado.
Además hay documentos a los que sólo puede acceder la Vicaría Judicial, que por supuesto no están a disposición del público. Y está el material que tiene que ver con los distintos procesos de canonización, que está guardado en cajas lacradas y que tienen todo un protocolo especial detrás.
¿Qué documentos o materiales le parecen especialmente significativos?
A nivel de textos está todo lo que era la antigua biblioteca del Clero, fundada por Monseñor Mariano Soler. Pero no está accesible al público y necesita un trabajo de depuración que debe ser realizado por un bibliotecólogo porque requiere de selección y conservación.
Hay notas de Dámaso Antonio Larrañaga firmadas por él, notitas del día a día. Hay muchos documentos y correspondencia de Monseñor Jacinto Vera, pero esto es tal vez más publicitado por todo el trabajo de investigación y su proceso de canonización. Todo ese material es emocionante.
Otra cosa que se consulta mucho es la colección del “Bien Público”. Asimismo, se busca mucho material del siglo XIX. No hay que olvidar que todo lo protocolar es registrado en la secretaría del Arzobispado.
Después está la documentación histórica de las parroquias, desde que empieza su vida la Iglesia de Montevideo. Y desde que es creada la diócesis de Montevideo con Monseñor Mariano Soler. Hay registros de la gestión de los obispos y la relación del Arzobispado con la Santa Sede, con la Conferencia Episcopal y con el Consejo Episcopal Latinoamericano, todo está aquí.
¿Qué importancia tiene el archivo para la Iglesia de Montevideo?
Muchísima. En estos momentos el Cardenal Daniel Sturla, que también tiene formación como profesor de historia, tiene un cariño especial por el archivo. Y alguien que le ha dado un gran impulso, y ha procurado el emplazamiento actual del archivo, ha sido el Secretario Canciller de la Arquidiócesis, el Padre Juan González. Desde este apoyo también estamos trabajando para mejorar día a día.
¿Cómo acceder al servicio del Archivo Eclesiástico?
Para solicitud de certificados u otros servicio del archivo, se debe llamar a la Arquidiócesis de Montevideo a los teléfonos 2915 8127, 2915 8879 y 2916 2486. O dirigirse personalmente a Treinta y Tres 1368, entre Rincón y Sarandí. El horario de atención es de 14:30 a 18:30 horas.