El quincenario Entre Todos fue al encuentro de Guillermo Lyford Pike, un joven que desde su casa en Solymar, nos dio un valiente testimonio de superación personal.
La vida de Guillermo cambió un 30 de junio de 2014, cuando en su regreso de un viaje a Porto Alegre, el ómnibus en el que viajaba volcó y él quedó con su pierna atrapada debajo. Cuando lograron rescatarlo, y llevarlo al hospital, tenía solo medio litro de sangre e hipotermia, según su propio relato.
Hoy, luego de 7 años de ese trágico accidente, lo vemos alternando el andador o la silla de ruedas, con pérdida de sensibilidad en sus dedos y falta de visión en un ojo, pero con una inmensa sonrisa, calidez en su voz, y un espíritu entusiasta.
Recordando brevemente su historia, nos cuenta que a los 17 años tenía un buen futuro como futbolista. Empezó a formarse en Defensor Sporting en 2007 y llegó a integrar el plantel de tercera división de ese club en 2013. En 2014 firmó contrato con Boston River, y se perfilaba con un excelente futuro en el fútbol.
En las mañanas estudiaba marketing, y por las tardes entrenaba el deporte que lo apasionaba.
El accidente del 2014 cambió su vida y la de su familia, y junto a juicios legales para que la empresa de transporte se hiciera cargo económicamente de las lesiones, Guillermo intentó adaptarse a su nueva realidad, que involucró la rehabilitación física ayudado por caballos (equinoterapia) y un gimnasio. Durante la en universidad estudió en planta baja, donde grababa las clases y las escuchaba muchas veces para memorizar los conceptos, ya que la escasa visión y poca sensibilidad en los dedos de las manos dificultaba la lectura y la escritura.
En marzo de 2021 se recibió de Licenciado en Administración de Empresas (por eso en las fotos de la nota lo vemos con el cabello muy corto, tras el rapado propio del tradicional festejos que le hicieron sus compañeros ante su reciente graduación)
Compartimos parte de la nota donde Guillermo nos cuenta sobre su nueva mirada tras el accidente:
En el momento que estabas debajo del ómnibus y pensabas que te morías. ¿Cuál fue tu primera reacción?
Traté de no entrar en pánico, busqué el celular , que no sé cómo lo pude encontrar, y llamé a mis padres para despedirme de ellos porque veía que tenía una herida muy grande en el cuerpo y sentía que no iba a salir.
Por eso decidí llamar a mis padres y despedirme de ellos, y quedarme tranquilo hasta que me pudieran dar una mano y sacarme de ahí.
¿Cómo fue el acompañamiento que hicieron tu familia y tus amigos para que pudieras salir adelante?
Fue gracias a ellos… eran el motor que me daba las ganas de salir día a día, mis padres, mis amigos, mi hermano, verlos a ellos que estaban contentos de mi mejoría…
¿Cuál fue el logro de tu recuperación que más festejaste?
El logro que más festejé en mi recuperación es la cantidad de amigos que hice, porque las nuevas amistades, las amistades sinceras que tengo ahora, no estaban antes del accidente, incluso muchas amistades son las de la época del colegio, y con gente que me codeaba todo el día, pero no con la confianza que ahora sí tengo. En base al accidente me formé como otro tipo de persona y me hizo tener otro tipo de pensamiento sobre los demás y verlos distinto.
¿En que giran esos pensamientos distintos hacia las personas?
Por ejemplo, en el cariño. El cariño que vos sentís de otra persona es algo clave. La sinceridad con la que te habla. Capaz que los amigos adolescentes que estaban antes, eran los primeros para salir un día a la noche. Ellos después del accidente como mucho habrán preguntado tres veces por mí, mientras estaba internado. Hoy en día tengo amigos que se van a juntar, y me preguntan a qué hora estoy pronto, para pasarme a buscar y llevarme de acá a la otra punta del Uruguay igual, para que yo vaya con ellos. El otro día me decía uno que sin mí un asado no es lo mismo, así que creo que te dejo más o menos claro el mensaje….
Cuando uno vive situaciones límites como las que tu viviste, la pregunta dirigida a Dios ¿por qué a mí? sale muchas veces de forma natural. ¿Cómo viviste tu relación con Dios en ese tiempo de adversidad?
Bueno, la pregunta de “por qué” la deje de formular hace mucho tiempo y empecé a formular la de “para qué”. Y en ese para que, es donde yo encontré sentido a la vida, como para contar lo que me había pasado, y poder hablar con la gente y transmitirle mi punto de vista y fuerza. En cuanto a la parte de Dios en mí, yo fui a un colegio católico, al Santa Elena, de Lagomar, un colegio divino, de ahí son gran parte de mis amigos.
Cuando después del accidente, yo estaba internado en el Cenaque (Centro Nacional de Atención al Quemado), una noche me empezó a salir solo la frase: “Vos, Jesús, dame fuerzas”, y empecé a buscar solo a Jesús. Eso me salió del alma. Y no era que yo practicara, ni que lo decía siempre, sino que fue algo que me surgió.
«La pregunta del “por qué” la dejé de formular hace mucho tiempo y empecé a formular la de “para qué”. Y en ese para qué, es donde yo le encontré sentido a la vida»
Y de ahí en adelante, fue que empecé a pedir por el Gordo Verde, y el P. Juan Andrés empezó a venir. ¿Por qué pedía yo por un “pichón de cura”, si yo solo lo había visto una vez en mi vida, en una charla de fútbol, donde en realidad no intercambiamos ninguna palabra?, eso fue raro, pero son las cosas de la vida…
Podríamos decir que ese pedido que te salió del interior fue totalmente espontáneo, no porque alguien te hubiera dicho: «bueno, ahora tenés que tener fe», sino que te brotó naturalmente….
Tal cual, y eso es lo que llama la atención, fue espontáneo. Yo no era practicante, y eso me salió solo. No se cómo explicarlo.
¿Hoy te consideras una persona que tiene una relación con Jesús más fluida que antes?
Hoy considero que sí. Incluso hoy en día doy gracias a Dios por muchas cosas, cuando antes quizás no lo hacía, entonces eso obviamente es consecuencia de lo que yo en su momento viví, a lo que me aferré. Una de las patas de las cuales me aferré, porque hubo muchas patas, fue la fe.
Me contabas que uno de tus propósitos, es dar charlas motivacionales. Vivimos tiempos de pandemia, donde algunas personas han transitado momentos de depresión, otros han perdido su trabajo, o proyectos personales que se han derrumbado. Algunos se han superado con éxito, reinventándose, y otros no tanto. ¿Qué actitud interior tú los invitarías a cultivar, para que puedan sobrellevar la adversidad?
Yo hablaba con mis amigos esto que me estás preguntando, por eso creo que te lo voy a responder bien. Yo muchas veces estoy en casa, y quiero irme para la playa, o a una plaza o tal lado y no puedo. No puedo moverme solo, no puedo arrancar a caminar de acá a la playa, y no pudo agarrar un auto o una bicicleta e ir a una plaza. Entonces ¿Qué hago? Bueno, me siento, voy al fondo de mi casa, escucho música, busco las alternativas.
Vos veías en la pandemia, la gente estaba en su casa y parecía el fin del mundo. Y para mí era algo más. Estar quieto para mí no es algo que me “mate”. Disfruto de otras cosas. Hay muchas cosas como para valorar y disfrutar, como para estar buscando más complicaciones.
El mensaje es valorar lo que tenés y disfrutar las pequeñas cosas que tenemos cerca, que a veces tenemos que estar lejos para darnos cuenta, o que nos pase algo así, para disfrutar y valorar. Va un poco por ahí el mensaje: disfrutar y valorar lo que tenés, y acostumbrarse a lo que hay y aprovechar al máximo. Va un poco por ahí.
Vos tenés ahora 27 años, sos un joven recién recibido. ¿Especialmente qué le dirías a los jóvenes uruguayos que recuerden cuando tengan que vivir momentos difíciles?
Preparado para esos momentos uno nunca está, porque son cosas que te pasan, pero es importante aferrarte a lo que tenés, valorarte, porque el día de mañana no sabés lo que se te viene tampoco. Yo valoro lo que tengo. Valoro un pedacito de milanesa que antes no la podía cortar. Hoy la pincho como puedo, corto como puedo, pero lo valoro. Valoro mucho más juntarme con amigos, valoro más a mis padres, a mi hermano, porque antes no me daba cuenta.
3 Comments
Amar lo sencillo de la vida y compartir… Es un bello mensaje!!
te felicito Guillermo me encanto tu testimonio ,podes a ayudar a mucha gente viniste al la vida para esta mision y la comprendiste
Admirable y su enseñanza de » para que» es increíble. Yo pasé por un momento difícil con uno de mis hijos, y mi madre me enseñó el » para que » lo encomende a Dios y a Jesús y 36 años después esta muy bien y saludable. Te envió mucha fuerza y Fe. Que Dios te bendiga hoy y siempre.