El Obispo Auxiliar de Montevideo y responsable de la Pastoral Social, Mons. Pablo Jourdan, cuenta cómo ha sido este tiempo de trabajo en red con las obras que han decidido seguir con sus actividades
Publicado en el Quincenario Entre Todos, n° 471
La Pastoral Social de la Iglesia Católica de Montevideo cuenta con más de 100 obras sociales en la ciudad. En tiempos de Coronavirus, la mayoría de estas iniciativas siguen funcionado en busca de brindar una mano solidaria a los más necesitados, pero extremando las medidas de higiene y siguiendo las restricciones indicadas por las autoridades del Estado. En la siguiente entrevista, Mons. Pablo Jourdan habla del trabajo que está haciendo la Pastoral Social en el contexto de la pandemia.
¿Cómo está trabajando la Pastoral Social de la Iglesia frente a esta situación de pandemia?
Podemos distinguir diversos ámbitos o dimensiones en el actuar de la Iglesia. La que realiza todo cristiano laico en los diversos ambientes en el medio del mundo, transformando la realidad, por ejemplo en ámbitos de gobierno, de realidades como la salud y así en diversos servicios de la vida de nuestra sociedad. También entra aquí el acatamiento de todas las medidas que nos piden realizar en este tiempo de pandemia mirando en bien común. Cada uno comparte lo que es, lo que tiene y sus responsabilidades con los demás.
Otro nivel de actuación es el que se realiza cuando se unen los cristianos, formando comunidad en torno a donde viven, a nivel parroquias, o en áreas de servicios según la necesidad de cada tiempo. Por ejemplo, aquí en Montevideo trabajamos en temáticas de situación de calle, migrantes, adicciones, ecología, apoyo a la mujer en situación de vulnerabilidad, pastoral penitenciaria y obras institucionalizadas, la mayoría en convenio con el Estado o particulares.
¿Qué objetivos de acción se propuso la Pastoral Social cuando llegó la pandemia a Uruguay?
Dentro de los principales objetivos destacamos el trabajo en red entre las obras de la Iglesia, del Estado y la sociedad organizada, buscando la integración y la no superposición de actividades, favoreciendo la correspondiente sinergia entre las diversas acciones. Se vio la necesidad de actualizar el relevamiento de los servicios de la pastoral social en Montevideo y compartir la información tanto dentro de la Iglesia como con el resto de la sociedad. Hemos cumplido el rol de coordinar y crear puentes. Además, se conformó un espacio de consulta y derivación que ayuda a las comunidades parroquiales a dar una mejor respuesta.
¿Qué obras sociales se atendieron con más urgencia?
En este tiempo, la principal preocupación de la Pastoral Social fueron las obras relacionadas con los temas de alimentación y vivienda, comenzando con los hermanos más vulnerables que están en situación de calle y los migrantes. Todas estas iniciativas de la Iglesia en Montevideo son la manifestación de un Dios Padre que llega a los más necesitados, entiende sus problemas y les da una respuesta. La Iglesia aporta su fuerza de trabajo y sus grupos de acciones sociales. Ellos se han comprometido con esta causa y están teniendo un impacto en la realidad. Gracias al trabajo en conjunto con el Ministerio de Desarrollo Social (MIDES), el Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay (INAU) y otros organismos públicos y privados, se ha continuado con las variadas iniciativas sociales de la Iglesia de Montevideo.
¿Cómo se fortaleció el trabajo del reparto de alimento en las diferentes parroquias?
A cada parroquia le enviamos una carta con los lugares de reparto de alimentos que se realizan en los diversos barrios, tanto de grupos católicos como de grupos de la sociedad organizada. Somos conscientes de que las comunidades parroquiales, a través del párroco y los equipos de pastoral social, son los primeros en estar dispuestos a dar respuesta a las demandas que llegan o que emergen de la zona. En algunas parroquias se estimuló al voluntariado, tanto de jóvenes como de familias, para la recolección de alimentos. Las ollas cambiaron a modalidad de viandas. Nos alegró saber que muchas parroquias seguían con este servicio y que algunas estuvieron dispuestas a multiplicar el trabajo y adaptarse a nuevas modalidades y demandas. Por ejemplo, el grupo Sembradores con “Chespi” a la cabeza y el Card. Daniel Sturla como servidor diario, reparten más de 800 viandas en las noches; en la zona de la Av. 8 de Octubre y la Av. 18 de Julio. Hogar de Cristo reparte tres veces a la semana más de 200 canastas por el Barrio Sur, rambla y Ciudad Vieja.
¿Qué medidas se tomaron con los proyectos que involucran personas en situación de calle y migrantes?
En cuanto a hermanos en situación de calle, se han abierto posibilidades por parte del MIDES para ser acogidos en hogares, alguno en convenio con asociaciones civiles en relación con la Iglesia, y también en hoteles y clubes deportivos. Además, en contacto con el MIDES, hemos ayudando a coordinar los repartos de viandas y canastas, de tal manera que no se sobrepongan los servicios. A raíz de eso, se contactó con nosotros un grupo del Sindicato Médico que estuvo acercándose a las ollas para asesorar en cuestión de higiene. A su vez, nos pusimos en contacto con el proyecto “Olla popular” (www. ollapopular.uy), que busca llevar el registro de las ollas populares del país.
Respecto a los migrantes, y concretamente en la respuesta a la necesidad de vivienda, estamos derivando los hombres a la Casa de los Scalabrinianos y las familias o mujeres con hijos a la “Casa del migrante Paz y Bien”, abierta en este tiempo gracias al trabajo en conjunto con la Conferencia de Religiosos del Uruguay (CONFRU) y las Hermanas Franciscanas, ubicada en el balneario Fortín de Santa Rosa (Canelones). En estos días la “Casa del migrante Paz y Bien” recibió a cuatro familias más. También, estamos realizando los pasos necesarios para un posible nuevo hogar de migrantes, con motivo de paliar la situación de estos meses, uniendo fuerzas con el Servicio Jesuita al Migrante y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). Para más información sobre estos proyectos con migrantes hay que contactarse a través del proyecto “Puentes de solidaridad” los días martes, miércoles y viernes de 9:00 a 13:00 hs. al número 098 228 163.
¿Cómo se puede colaborar y vivir estos tiempos de estar en casa?
Nuestra fe nos dice que el amor a Dios va inseparable al amor del hermano, como dice en la Biblia: “Lo que hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo”. Hay muchos hermanos que están pasando mal, se sienten solos y necesitan nuestra ayuda. Dentro de nuestras casas podemos cultivar la buena relación con la familia, algo propio y bonito de la vida cristiana.
Todos debemos colaborar siendo obedientes y responsables en acatar las medidas que han pedido las autoridades para evitar los contagios y así controlar la pandemia. Para el cristiano es importante la oración: rezar por los más necesitados, por estas obras de las que hemos estado hablando, por el personal de salud, las autoridades, los enfermos… Nos ayudan las diferentes celebraciones eucarísticas, meditaciones y retiros que se pueden vivir de forma online, a través del canal de comunicación de la Iglesia Católica de Montevideo (www. icm.org.uy). Muchas de las parroquias están transmitiendo por las redes sociales las misas diarias y otras actividades de formación, para mantener así el contacto con sus comunidades.
Uruguay se caracteriza por tener una numerosa población de tercera edad, sería muy bueno acompañarlos y ayudarlos. Uno puede ser creativo a la hora de la comunicación: una llamada por teléfono o videollamada, hacer las compras del supermercado o alcanzarles remedios. Debemos colaborar con los abuelos o quizá con algún vecino que no pueda salir y necesitan nuestro servicio.
El tiempo en casa es también tiempo de trabajo, de estudio y de juego en familia. Cada uno según su posibilidad podrá ayudar al prójimo con su servicio directo o también con alguna ayuda económica.
4 Comments
La actitud solidaria de nuestra Iglesia no deja de sorprender y mucho mas ahora que estamos sometidos todos a esta prueba que el Señor nos mando…fuerte y segura pero con humildad y en silencio saldremos adelante…y lo mas importante es que no tenemos que demostrar nada, solidaridad y temple, con nuestra Santa Madre la Virgen María como escudo…Que el Señor los bendiga a todos…EN EL NOMBRE DEL PADRE DEL HIJO Y DEL ESPÍRITU SANTO…AMEN.-
Gracias por este significativo testimonio coordinado y comunitario de hermandad! Se respira la presencia de Dios! Gracias!
Celebro y agradezco a Dios el fantástico servicio que prestan estos hermanos a los más débiles. En estos tiempos de pandemia y donde han aflorado las muchas necesidades en las que se encuentran desde niños hasta familias enteras, es dónde hemos podido ver el inmenso amor misericordioso del Señor a través de estos voluntarios que dedican horas de sus vidas para donarla al más necesitado.Dios del devuelva el ciento por uno en bendiciones a cada uno de ellos.
Bendiciones, fuerza y alegría de saber que estamos en el camino más allá de las palabras: en el ejemplo y el amor. Así es, y será Uruguay en Dios siempre: fuerte y unido.