El jueves 3 de mayo, en la sala Mario Benedetti de la Torre de Antel, se realizó la presentación del libro Desde la matriz, 400 años de presencia y servicio de la Iglesia en Uruguay. El lanzamiento se enmarcó en el acto cultural de la Fiesta San Felipe y Santiago. La presentación estuvo a cargo de quienes elaboraron este libro; el arzobispo de Montevideo, cardenal Daniel Sturla, el Lic. Paulo Olascoaga y la Lic. Natalia Espasandín. Entre los invitados se encontraban autoridades eclesiales, civiles y militares, representantes del gobierno, legisladores, embajadores, representantes de otras confesiones cristianas y de la comunidad judía en Uruguay.

"Agradecer nuestra historia, acrecentar nuestro amor"

Quien primero tomó la palabra fue el Lic. Paulo Olascoaga que recordó que “cuando era joven alguien me enseñó que la fe se nutre de la memoria y que cuando uno agradece su historia se acrecienta el amor”. Por eso remarcó que entre los resultados más importantes del libro está “el conocer o reconocer cosas de la historia de la Iglesia y agradecer a muchas de esas cosas que, tomadas y actualizadas, nos ayudan a vivir nuestra fe”.

Olascoaga entiende que esta publicación “es una obra colectiva, de muchos autores, investigadores, fotógrafos, muchos de ellos aquí presentes, a quienes hay que agradecer”. Hizo notar que no aparecen los nombres de los tres autores en la tapa “porque queríamos hacer notar que esta es una publicación en la participó mucha gente”.

Para el comunicador era primordial que el libro fuese accesible para todo público, “que un profesor de historia le pueda decir a un alumno, 'mira acá tenés una mirada diferente de este tema'”, y adelantó que saldrá una versión gratuita en línea en poco tiempo para que pueda ser consultada. No obstante, destacó que se quiso hacer lo que se denomina un libro objeto, ”que pueda regalarse, ojearse, disfrutarse también desde lo estético”.

Otro de los puntos que mencionó Olascoaga es que la obra se basó en una edición especial de la Revista Umbrales sobre la Iglesia en Uruguay. Recordó a los padres Quinto Regazzoni y Daniel Bazanno, que falleció en enero de este año, que llevaron adelante esa publicación. Explicó que se buscó ampliar el trabajo mencionado, “pero ese fue nuestro punto de partida, tomamos esa estructura”.

Otra publicación consultada fue el libro del P. Villegas del centenario de la diócesis de Montevideo. Además se utilizó para estructurar los contenidos del libro una crónica de hechos de Juan José Arteaga, a lo que se agregaron breves fichas biográficas, entradas, palabras claves y documentos.

Sobre el final de su alocución el comunicador resaltó la cantidad de historias de nuestra Iglesia que conforman “una memoria institucional que deberá seguir siendo contada”. En definitiva, concluyó, “se buscó mostrar la encarnación de la Iglesia en nuestra patria”.

Contar la historia en imágenes

Para Natalia Espasandín, encargada del trabajo de archivo visual de la obra, “lo primero que hubo que asumir es que la selección o recorte de información significaba una pérdida”. Planteó, además, que la pregunta natural era cómo elegir lo que iba a publicarse. Dijo que se recorrió una línea de tiempo, 400 años, donde hubo cambios de soportes, formatos, características y resoluciones. Informó a los presentes que para hacer el libro se usaron “fotos, sellos, dibujos, grabados, pinturas, litografías, cartas y una cantidad enorme de documentos”.

Como productora gráfica, Espasandín tuvo como criterio que “el contenido debía ser expandido por la imagen, no solamente traducido, la imagen debía ser algo más que la simple ilustración directa de las palabras”. Aún así, en muchas ocasiones “apareció el documento que ilustraba perfectamente la imagen”, y que en eso casos “no hay que ser más realista que el rey” y utilizarlos sin más vueltas.

También resaltó la diseñadora que se buscaba compartir “pequeñas historias en las imágenes” y que estas historias tuvieran “cierto grado de belleza”, con un marcado “cuidado de lo estético”. Para esta búsqueda de material dijo que “hubo muchos aliados” y que en muchas ocasiones se vio en el dilema “entre resumir o tratar de hacer un recorte que no perdiese demasiada información”.

"Apenas nos estamos asomando a la vida de la Iglesia en el Uruguay"

El último orador de la noche fue el cardenal Daniel Sturla, quien describió la obra como “una crónica de la presencia y la identidad católica en nuestro país”. Explicó que “ya el título Desde la matriz, dice matriz con minúscula, porque no se trata de la Catedral de Montevideo sino que se trata de las entrañas de la patria”. Sobre esto recordó una expresión que le gusta utilizar que “la Iglesia es la partera de la patria”.

Para el arzobispo de Montevideo “muchas veces se ignora la presencia de la Iglesia en nuestro país y en sus raíces”. Añadió sobre el particular el pedido del papa Francisco en la última visita Ad limina de los obispos uruguayos “cuiden las raíces”.

El prelado recordó a varios católicos que fueron fundamentales en la construcción de la vida social y política del país como el general José Artigas, el sacerdote José Monterroso, Mons. Jacinto Vera, Mons. Mariano Soler, los políticos Alberto Gallinal y Juan Pablo Terra, la poetisa Juana de Ibarborou, el técnico de la selección uruguaya campeona del mundo de 1950 Juancito López, la Hna. Petrini, la vedette Martha Gularte, entre muchos otros.

Finalizando su intervención ,el cardenal Daniel Sturla afirmó que “en el libro no encontraremos una historia científica, sino una crónica de la identidad católica en nuestra sociedad”. Sugirió además la posibilidad de ampliar la obra en un futuro, tal vez con una nueva edición, porque “con en este libro apenas nos estamos asomando a la vida de la Iglesia en el Uruguay”.

Luego de la presentación de los tres autores el acto cultural prosiguió con dos presentaciones musicales. La primera a cargo de la cuerda de tambores de Malvín “La Gozadera”, que trajo a la memoria la vieja procesión de san Baltasar, inicio remoto de las actuales llamadas. Finalizó la velada con la presentación del Ensemble vocal e instrumental De Profundis.