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La Misericordia de Dios se vivió durante la Jornada Mundial de la Juventud

Panamá espera la JMJ de 2019

Terminó la 31° Jornada Mundial de la Juventud, que se realizó en Cracovia, Polonia. Para la Vigilia y la Misa de Clausura acudieron, al Campo de la Misericordia, casi un millón y medio de jóvenes y peregrinos de todas partes del mundo. Varios momentos marcaron especialmente esta última etapa de la jornada que tuvo como centro la oración y la misericordia.

La entrada por la Puerta de la misericordia y los testimonios

La Vigilia comenzó temprano el día sábado para los peregrinos, que como es habitual, tuvieron que recorrer algunos kilómetros para llegar al Campo de la Misericordia, lugar especialmente acondicionado para la Vigilia. El calor se hacía sentir entre los participantes que fueron llegando de forma continua hasta bien entrada la tarde polaca. Hasta allí se trasladó también el Papa que cruzó la Puerta de la Misericordia junto con seis jóvenes.

Se dio inicio a la Vigilia con una representación en cinco escenas de la vida Santa Faustina Kowalska y su camino para seguir a Cristo. Entre las escenas se vivió uno de los primeros momentos fuerte de la Vigilia: el testimonio de tres jóvenes que hablaron de su encuentro con Dios. Todo esto transcurría ante la atenta mirada del Papa Francisco. La primera fue una joven polaca, Wiara Watpiacym, que habló sobre la Reconciliación y como su vida de confort y banalidad fue transformada por Jesús en vida plena.

A continuación tomó la palabra una joven siria de la ciudad de Alepo, Rand Mittri, que con sus 26 años ya vivió todas las penurias de una guerra civil, pero aún así es capaz de dar su vida por los demás en la situaciones más extremas. Por último dio su testimonio Miguel, un joven paraguayo de 34 años, que conoció a Cristo luego de varios años de consumo de drogas, y que hoy gracias a la acción de Dios es responsable de la casa "Quo Vadis?" de la Fazenda de la Esperanza en Cerro Chato, en nuestro país.

La oración, la misericordia y no dejarse estar

Después fue el momento del primer discurso del Santo Padre en la Vigilia. Recordó que si bien existen situaciones que nos pueden resultar lejanas esto cambia cuando nos tocan de una u otra forma (como en los testimonios), y en ese momento ya no podemos permanecer indiferentes. Pero fue claro al decir cómo nos enfrentamos a esas situaciones: “no queremos vencer el odio con más odio, vencer la violencia con más violencia… nuestra respuesta a este mundo en guerra tiene un nombre: se llama fraternidad, se llama hermandad, se llama comunión, se llama familia”.

Luego de pedir rezar en silencio por un momento, advirtió sobre las parálisis que vive la sociedad y los jóvenes en particular. La primera la del miedo al que nos pueden llevar situaciones como las testimoniadas por lo jóvenes, pero alertó “en la vida hay otra parálisis todavía más peligrosa para los jóvenes, y muchas veces difícil de identificar; y que nos cuesta mucho descubrir. Me gusta llamarla la parálisis que nace cuando se confunde «felicidad» con un sofá”

Y describió este “sofá”: “Un sofá contra todo tipo de dolores y temores. Un sofá que nos haga quedarnos en casa encerrados, sin fatigarnos ni preocuparnos.” Y fue más enfático “Ayer hablaba de los jóvenes que se jubilan a los 20 años, hoy hablo de los jóvenes adormecidos, embobados, atontados.”

El sumo Pontífice llamó a no “vegetar”, a no dejar llevarse por otros, a poner su vida en Dios. Francisco concluyó recordando: “Jesús, que es el camino, te llama a dejar tu huella en la historia”. E interrogó: “¿Te animas? ¿Qué responden tus manos y tus pies al Señor, que es camino, verdad y vida?”.

La Vigilia continuó con una adoración al Santísimo Sacramento, cuando ya el sol bajaba y cientos de miles de velas encendidas en la oscuridad. Hubo cantos que prepararon los peregrinos, acompañados de una orquesta, luego la oración en silencio, de rodillas y la Coronilla de la Misericordia cantada por el coro.

La mejor conexión: la comunión con Dios

En la mañana del domingo, el Papa Francisco celebró la misa de clausura de la Jornada. Entre dos y dos millones y medio de personas, según indicó organización al portal Zenit.org, se encontraban allí esperando para celebrar ese momento.
Hizo en primer lugar un llamamiento a ver lo importante en nuestra vida, así como lo mira Jesús “Ante Él, nada vale la ropa que llevas o el teléfono móvil que utilizas; no le importa si vas a la moda, le importas tú. A sus ojos, vales, y lo que vales no tiene precio”.

A continuación el Pontífice dijo que Él “desea acercarse a la vida de cada uno”, “recorrer nuestro camino hasta el final, para que su vida y la nuestra se encuentren realmente”. Y recordó a Zaqueo, basándose en la lectura del Evangelio.

Precisamente recordó tres obstáculos en el que el personaje podría ayudarnos a reflexionar. La primera es que “Dios cuenta contigo por lo que eres, no por lo que tienes”. Dando cuenta de la baja estatura de Zaqueo, el Papa Francisco recordó que muchas veces nuestra poca autoestima puede afectar también nuestra fe. En ese momento Jesús nos muestra que “está siempre de nuestra parte, como el más acérrimo de los hinchas”.

El segundo obstáculo fue “la vergüenza paralizante”. A esta vergüenza Zaqueo pudo superarla “porque la atracción de Jesús era más fuerte”. Zaqueo “sintió que Jesús era de tal manera importante que habría hecho cualquier cosa por él, porque Él era el único que podía sacarlo de las arenas movedizas del pecado y de la infelicidad”. Es así como ante Jesús, “no podemos quedarnos sentados esperando con los brazos cruzados”.

El último obstáculo era el murmullo a su alrededor, por su pasado. Ante esto Jesús “No se detiene en el mal del pasado, sino que divisa el bien en el futuro”, “no se resigna frente a la cerrazón, sino que busca el camino de la unidad y de la comunión”, “no se detiene en las apariencias, sino que mira al corazón”. Para terminar el Santo Padre llamó a los jóvenes a tener “bien la conexión más estable, la de un corazón que ve y transmite el bien sin cansarse”.

Gracias Polonia… Hola Panamá

Otra de las noticias que siempre se espera al final de cada Jornada mundial de la Juventud es el anuncio de la sede de la cita posterior. La decisión recayó sobre Panamá que 2019 acobijará la 34° Jornada mundial de la Juventud, para la que desde ya muchos jóvenes uruguayos se están preparando.

Para ver fotos de los uruguayos en la Jornada:

Iglesia de Montevideo
Iglesia uruguaya

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