El pasado sábado 29 de octubre se celebró, en el Hotel Radisson Victoria Plaza, el IV Congreso Nacional de la Familia, con el lema Amar es nuestra misión, “Descubramos juntos la belleza de la familia”. El encuentro fue organizado por la Comisión Nacional para la Pastoral Familiar y la Vida de la Conferencia Episcopal del Uruguay presidida por Monseñor Jaime Fuentes (Obispo de Minas) y los esposos Gabriela López y Víctor Hugo Guerrero (Secretarios ejecutivos). La cita contó con la presencia de expositores nacionales y extranjeros que abordaron la realidad de la familia desde diferentes ángulos. Aproximadamente 850 personas acudieron al Congreso.
Rezar siempre
El encuentro comenzó con la oración de una numerosa familia de Minas, para dar paso a la intervención de Monseñor Jaime Fuentes, obispo de dicha diócesis. Monseñor Jaime Fuentes agradeció el esfuerzo de los organizadores y la presencia de los obispos y las delegaciones de todo el país. A través de fragmentos de la película “Milagros del Cielo”, puso el énfasis en el lugar que la fe ocupa en la vida familiar, como a través de la fe lo que parece no tener solución termina teniendo un buen final. Llamo también a observar la belleza de la vida en familia y, como planteaba uno de los personajes de la película, admirar los pequeños milagros diarios. Llamó a leer la exhortación apostólica Amoris Laetitia del Papa Francisco, y hacerlo tal como indica la propia carta, reflexionándola y lentamente, no de un tirón.
La importancia del perdón en la familia
A continuación la Licenciada Teresa Zerbino, con el tema “La Misericordia en la Familia. El perdón”. Aseguró que uno de los sentimientos que más daño le puede hacer a la persona es la culpa y “de la culpa se sale con el perdón”. También recalcó que “El perdón no es un sentimiento sino una decisión” y por eso “hay que trabajarlo en familia, con los chicos y en la pareja.” Por otra parte, dijo que “el perdón no es la derrota, sino la victoria del amor. El que perdona es el más fuerte de los dos” porque en definitiva sabe trascender a los límites del otro e ir a su encuentro. También aclaró que el perdón es un don de Dios, nosotros lo que podemos hacer es disculpar.
El nuevo tabú
Seguidamente disertó la enfermera y especialista en cuidados paliativos, Gloria Miguens, con la charla “Acompañando en el Adiós” y el tema de la muerte. La especialista argentina enfatizó que la muerte es el nuevo tabú, como lo fue el sexo a principios del siglo XX. Se refirió a “que se lo quiere ocultar y es una de las cosas seguras en la existencia de todos nosotros” y por tanto es bueno “hablarlo abiertamente” y recordarlo en el día a día.
Destacó además lo importante que es tanto para la familia, como para la persona que está en una etapa terminal de su vida, “tener la casa en orden” antes de la partida. Se refirió a los temores de un enfermo terminal: ser abandonado, el descuido del pudor, el miedo a sufrir y la voluntad no respetada. Llamó a la aceptación del enojo del enfermo terminal y a escucharlo más que a dar consejos. Miguens admitió que los enfermos que pronto morirán pueden recibir la “visita” de familiares ya muertos, lo que interpretó como un signo de comunión de los santos “que hay que respetar”.
La comunicación en la vida conyugal
En tercer lugar expuso la periodista ecuatoriana Sonia María Crespo sobre “Comunicación para Parejas”, quien hizo referencia a las diferencias aportadas por las neurociencias entre el hombre y la mujer, dando además consejos para la vida conyugal.Crespo recomendó tomar conciencia sobre la calidad del diálogo en la pareja para testear la calidad de la relación. No obstante, aclaró que no son las palabras sino el amor lo que produce “sintonía” entre dos personas. “Comunicar es más que informar, es la relación misma y es abrir la interioridad”, puntualizó.
"No hay calidad sin cantidad”
Luego de la Misa y el almuerzo, era el turno de la ponencia de la Psicóloga María José Soler, con la conferencia titulada “Familias Cristianas a la Vanguardia”. Según Soler, hay que celebrar, festejar y disfrutar en familia, trabajando las emociones positivas e inculcando a los hijos la esperanza en el cielo para que sean personas esperanzadas y seguras. También recomendó el voluntariado y el servicio como una práctica a enseñar. Aseguró que el ejercicio del compromiso y la práctica de la espiritualidad favorecen el bienestar en la familia. “No hay calidad si no hay cantidad de tiempo compartido” en la relación con los hijos, alertó. Del mismo modo, animó a que la pareja se dedique también algunos tiempos para compartir a solas.
Amor sólido
La ítalo-argentina, Licenciada Paola Delbosco, Doctora en filosofía y docente de la Universidad Austral, abordó el tema “La familia un don para la sociedad”. La filósofa advirtió que el amor es percibido en muchas situaciones personales como algo que “sucede” desvinculado de la decisión y el compromiso. Para Delbosco, la familia goza de “buena salud” y destacó que en las encuestas, sobre todo a jóvenes, la familia “es la principal fuente de satisfacción”.
Seguidamente, el Licenciado en Filosofía argentino Patricio Videla desarrolló el tema “La Rebelión del Amor”. Videla forma parte de “Grupo Sólido” una fundación conformada por jóvenes latinoamericanos motivados por ayudar a las familias. A través de la fundación esos jóvenes ayudan, forman y movilizan a sus pares para inspirar una cultura del encuentro en los vínculos, en especial en las familias, a partir de propuestas innovadoras. Entre sus búsquedas, se destacan reducir la fragmentación familiar y los trastornos sociales colaterales. Según Videla, la unión es un valor presente en todos los ámbitos de la sociedad pero, en la familia, actualmente está en crisis. Por otra parte, señaló la dificultad de llegar a los hijos por existir una especie de estancamiento debido a la discusión entre las posturas más conservadoras y la ideología de género. Para Videla, la batalla cultural se supera con la empatía.
¿Padres presentes o de cuerpo presente?
Por último, el Licenciado Alejandro De Barbieri, Psicólogo Clínico y Logoterapeuta, desarrolló el tema “Claves para Salir del Exilio y Educar Sin Culpa”. El especialista comenzó haciendo referencia al tiempo que los adultos dedican a sus hijos, señalando que “necesitan padres presentes no de cuerpo presente”. Por otra parte, De Barbieri calificó como una “enfermedad” que los padres quieran que los hijos sean felices respondiendo a todos sus deseos y sin poner límites. Dijo, además, que los adultos deben transmitir a los hijos lo linda que es la vida, aquí y ahora, “ya que ellos quieren ser como nosotros”. Instó a los padres a ejercer una “sana” autoridad y a recuperar el entusiasmo. Recordó que educar es “cansarse amorosamente” al tiempo que destacó la importancia de que los hijos aprendan a esperar y frustrarse. “Si exonero a mi hijo del sufrimiento lo exonero de la vivencia y del aprendizaje”, alertó De Barbieri. Puntualizó, además, que la vida supone “cicatrices”.
Hacia el final, se presentaron videos de algunos movimientos presentes y en homenaje al Padre Fernando Pigurina, fallecido el 21 de enero y quien fuera un gran apoyo a la pastoral familiar.Los secretarios ejecutivos de la Comisión Nacional de la Pastoral de Familia y Vida, Gabriela López y Víctor Hugo Guerrero, agradecieron a cuantos colaboraron en la realización del congreso. “Hemos conocido el amor y hemos creído en él” aseveró la pareja al tiempo que animaron a seguir admirando la belleza de las familias pese a las debilidades que las afectan.El cierre del evento estuvo a cargo del cantante ecuatoriano Juan Morales Montero y del coro del Colegio Seminario. El próximo congreso de la familia será en el 2019.
En base a la crónica de Adriana Porteiro para iglesiacatólica.org.uy